Este primer trimestre del curso 23-24 nos ha hecho reflexionar, con más evidencias que nunca, sobre cómo la etapa de la Formación Profesional representa para muchos estudiantes una fórmula de éxito que es importante considerar, no sólo como alternativa o puerta de acceso a la universidad, sino también incluso como etapa posterior a un grado universitario, para adquirir o mejorar nuevas competencias.
Pero pensemos ahora en los chicos y chicas que están en segundo de Bachillerato. En los Departamentos de Orientación de colegios e institutos a menudo se acercan con una sola idea a la cabeza: elegir una carrera universitaria. Eso implica cerrar una puerta, la de la FP, que abre muchos escenarios de futuro.
En primer lugar, porque un Ciclo Formativo tiene un enfoque eminentemente competencial y, por tanto, para aquellos alumnos que han tenido una cierta sobresaturación teórica, significa el aterrizaje de los conocimientos adquiridos durante la secundaria.
En segundo lugar, esta etapa lleva asociadas prácticas de empresa intensivas, lo que representa en muchos casos el acceso al entorno laboral real para el alumno. Es este fenómeno el que facilita una elección más consciente de un itinerario educativo posterior, ya que, desde la Formación Profesional se puede acceder a cualquier grado universitario. Energías Renovables o ASIR, por ejemplo, a priori parecen encaminados a continuar con un Grado de Ingeniería, por ejemplo, pero no es descartable que Periodismo, Arquitectura o Diseño -por citar solo algunos casos- puedan acabar interesando a un alumno que ha profundizado en los efectos del cambio climático o ha conocido mejor el software y las posibilidades que ofrece en el terreno creativo.
Os emplazamos a venir a conocernos para que os explicamos cómo trabajamos la FP en Virolai. ¡Os gustará!